En los últimos años, las energías renovables han ganado una presencia considerable en nuestro día a día. Son muchas las personas que deciden aprovechar la energía del Sol y fomentar con su uso el cuidado medioambiental. Para ello, una de las soluciones que se están poniendo en práctica es el autoconsumo. ¿Quieres saber de qué se trata?
Se entiende por autoconsumo la generación de energía eléctrica 100% limpia, a través de una instalación de paneles fotovoltaicos, por un usuario en el mismo lugar donde se va a consumir, ya sea una vivienda o un negocio.
Para ello se necesita de una o varias placas solares que, una vez instaladas, recogerán y transformarán la luz del Sol en energía eléctrica. De esta forma, una persona puede autoabastecerse y controlar en todo momento la producción, el consumo personal y el excedente que produzca.
En España, contamos de forma aproximada con más de 300 días soleados al año. Sumando esto a la alta cantidad de radiación solar que se recibe, la producción de energía solar es prácticamente ininterrumpida y muy superior a la de otros países europeos.
Ventajas del autoconsumo
La ventaja principal del autoconsumo es que, al fomentar el uso de una energía renovable como la solar, contribuye a la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera. Por lo que se trata de una opción eficaz, sencilla y versátil con la que cuidar el medio ambiente.
Es cierto que colocar una instalación fotovoltaica en una vivienda supone una importante inversión inicial de varios miles de euros, pero es un gasto que empieza a amortizarse desde el primer día, alcanzando su total rentabilidad en, aproximadamente, unos 10 años.
Además, el autoconsumo permite a su usuario beneficiarse de ventajas fiscales y recibir bonificaciones o deducciones en el pago de impuestos como el IBI o el IRPF. Así como de ayudas y subvenciones autonómicas o estatales que pueden sufragar el coste económico de la instalación.
Tipos de autoconsumo
Podemos catalogar el autoconsumo basándonos en dos modalidades:
- Autoconsumo aislado: La instalación no estará conectada a la red de distribución de una compañía eléctrica, por lo que se debe contar con baterías o generadores que almacenen y usen la energía producida. Hay que tener en cuenta que, en determinadas épocas, la radiación podría no ser la suficiente, por lo que esta opción conlleva el riesgo de quedarse en algún momento sin electricidad.
- Autoconsumo conectado: Para paliar la posible falta de energía, la instalación dispondrá de dos conexiones, una al sistema eléctrico de la vivienda, y otra a la red de distribución. Aquí nos encontramos con dos categorías
- Autoconsumo con excedentes: el sobrante de energía producido se destina a la red para que pueda ser consumido por otros usuarios. Esta opción supone un considerableahorro, ya que el valor económico de los kWh que se aporten a la red se restará de la factura.
- Autoconsumo sin excedentes: por medio de un dispositivo inversor de corriente se evita que la energía entre a la red. El usuario consumirá todo lo que produzca.
Cada una de estas opciones es viable dependiendo de las necesidades o capacidades económicas de la persona.
Usos del autoconsumo
La energía que producen las placas fotovoltaicas se destina básicamente a cubrir el consumo energético de una o varias viviendas, incluso comunidades de vecinos, edificios de oficinas y zonas comunes como pasillos o garajes.
Así pues, también tiene otros usos como puede ser la recarga de coches eléctricos, la alimentación de sistemas de riego para parques y jardines, el funcionamiento de motores de bombeo en pozos, o la climatización de piscinas cubiertas.
Gracias al auge y desarrollo de nuevas tecnologías, en los próximos años el uso de la energía solar estará más asentado y lograremos entre todos una sociedad mucho más sostenible. ¿Y tú? ¿Te unes al autoconsumo?
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