El Cambio Climático y sus consecuencias hacen que muchas personas se preocupen por tomar medidas para reducir el impacto medioambiental. Disminuir el uso de automóviles, reciclar residuos y optar por productos biodegradables son algunas de las acciones que se suelen hacer más a menudo. Así como apostar por las energías renovables en lugar de combustibles fósiles, como es el caso de la energía solar.

La energía solar es aquella que se consigue a partir de la radiación electromagnética que el propio Sol nos ofrece. Una fuente de energía natural, limpia y fácil de obtener a través de paneles fotovoltaicos, helióstatos o colectores solares, y cuyo uso se expande cada vez más a raíz de sus múltiples beneficios. ¡Vamos a repasar algunos de ellos!
Promueve el autoconsumo
Aunque existen otros tipos de energías renovables, como pueden ser la eólica, la hidráulica o la geotérmica, es la solar la que más popularidad ha alcanzado. La facilidad y el bajo coste con el que se instalan los paneles fotovoltaicos ha hecho que su uso se haya democratizado en los últimos años, fomentándose así el autoconsumo en los hogares.
Se adapta a cualquier lugar
El Sol es, prácticamente, una fuente de energía inagotable e ilimitada que llega a todos los lugares del mundo. Incluso hasta esos pequeños núcleos urbanos como pueblos o aldeas que, por su localización, resulta muy complicado abastecer de energía. Además, las instalaciones solares se adaptan bien a cualquier superficie de terreno, abarcando grandes zonas o tan solo unos pocos metros cuadrados.
Contribuye al desarrollo sostenible
El consumo de energía solar es capaz de reducir los costes en electricidad de un hogar de forma considerable, llegando a alcanzar un 40 o 60% de ahorro. Por otro lado, un panel fotovoltaico puede llegar a reducir la contaminación de un hogar en 100 toneladas de CO2 a lo largo de toda su vida útil.
Tiene usos múltiples y variados
La energía solar ya es tan común que se emplea para cargar las baterías de electrodomésticos; aparatos electrónicos como teléfonos móviles y ordenadores; y vehículos terrestres como coches, autobuses o ferrocarriles. También se usa para iluminar señales de tráfico por la noche, e incluso en satélites orbitales.
Paneles reciclables
La vida útil de un panel fotovoltaico puede llegar de los 25 a los 30 años. Cuando se retiran, al estar fabricados con materiales reciclables como vidrio o aluminio, pueden recuperarse y utilizarse de nuevo para obtener electricidad del Sol.
Cuantas más personas y organismos quieran invertir en energías renovables como la solar, más posibilidades habrá de que, entre todos, podamos conseguir un futuro más sostenible, con menos contaminación, en el que aprovechemos los recursos eficientemente y prestemos más atención al Medio Ambiente.
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