La vuelta al cole es un buen momento para pensar en la ropa que vamos a necesitar de verdad durante los próximos meses, donde se han fabricado y de qué materiales está hecha. Siempre que compramos tomamos decisiones ambientales, y siempre habrá una opción más sostenible que otra. Vestirnos y vestir a nuestros hijos con ropa ‘low cost’ conlleva impactos ambientales porque sus tejidos no proceden de cultivos sostenibles, han viajado miles de kilómetros y su huella hídrica y climática es excesiva. Al final, lo que es barato para nuestro bolsillo, es caro para el Planeta.

Para producir una camiseta se necesitan fibras, ya sean de algodón o sintéticas como el poliéster, es decir, recursos naturales que el planeta tiene que proveer ya sea en forma de plantas o de petróleo. Y cada camiseta tiene una huella hídrica, la cantidad de agua que se ha necesitado para producir esas fibras y durante la fabricación de la prenda, así como una huella climática, la suma de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que ha generado desde que se fabrican los hilos hasta que llega a nuestra casa. Se da el caso de camisetas que han dado la vuelta al mundo antes de que te las pongas, ya que su materia prima se extrae en un país, se fabrica en otro continente y la venta final es en la otra punta del Planeta.
Sin embargo, frente a las compras impulsivas de precios bajos y baja calidad, hay una tendencia cada vez mayor a mirar las etiquetas y elegir con criterios ambientales. Cada vez son más las firmas que incluyen información en sus tiendas relacionada con materiales sostenibles y campañas de publicidad sobre reutilizar y reciclar su ropa.
El sector textil se apunta a la Economía Circular
La búsqueda de nuevos materiales menos contaminantes y la apuesta por el reciclaje ha hecho emerger marcas que fabrican ropa a partir de botellas de plástico reciclado o de redes de pescadores inservibles. La Economía Circular aplicada al sector textil pretende que la ropa no sea de usar y tirar, y que cuando laves una camiseta cuatro veces la tela no se agujeree, sino prendas de tejidos de calidad que perduren.
Además, la Economía Circular se marca el objetivo del reciclaje al 100% de la prenda una vez que dejemos de utilizarla y, por tanto, el diseño tiene que pensar en ese reciclaje completo. De esta forma, no se mezclan distintos tipos de plásticos para facilitar su reciclaje y que se pueda desmontar con facilidad. Un ejemplo son las zapatillas deportivas que aúnan diferentes tipos de poliéster y poliuretanos y que eran imposibles de desarmar, y por eso las marcas apuestan ahora por no solo utilizar materiales reciclados, sino reciclables.
Cortar, alargar, reparar y remendar
Al igual que la ropa de los más pequeños de la casa hay que acortarla, alargarla y adaptarla según su crecimiento, las prendas de los adultos también se pueden remendar y reparar, es decir, que si la cremallera de la chaqueta se estropea, se puede sustituir y no hace falta tirar la prenda. La Economía Circular de la ropa también la podemos aplicar a nuestro hogar e idear nuevos diseños a partir de una prenda a priori pasada de moda.
Segunda mano y alquiler de ropa
Otra de las tendencias que sigue creciendo es el consumo de ropa de segunda mano. Al igual que la ropa pasa de un hermano a otro cuando somos pequeños, los adultos compramos cada vez más en tiendas de segunda mano o a través de aplicaciones móviles de compra directa entre particulares. Según datos de Cyberclick, la ropa de segunda mano está en un ascenso constante, ya que representaba un 3% de las prendas en 2008, un 6% en 2018 y se espera que sea un 13% en 2028.
El alquiler de ropa ya es un clásico en sectores como las bodas y las fiestas para los que se alquilan chaqués y vestidos, pero está entrando en el armario diario de los hogares. Para los que quieren renovar su armario cada mes y llevar las últimas tendencias, no es necesario deshacerse de la ropa ‘vieja’ y comprar prendas nuevas, ya hay una variedad de plataformas que ofrecen recibir ropa que se adecue a tus gustos y así poder variar el vestuario, bien con una cuota mensual o elegir tres prendas o un conjunto completo. Frente a la fast fashion o moda rápida de usar y tirar, el alquiler de ropa está creciendo en todas las franjas de edad.
También hay plataformas especializadas en alquiler de complementos como bolsos, pañuelos o zapatos, otras en ropa premamá o ropa de firmas.
Es un reclamo de los consumidores para el sector de la moda que adopten criterios ambientales. Los consumidores que prefieren comprar a marcas responsables con el medio ambiente han pasado de un 57% en 2013 a un 72% en 2018, y siguen creciendo. Es hora de que la moda se vuelva verde.
María García de la Fuente, periodista especializada en Medio Ambiente y presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).
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