Es innegable que la luz artificial es esencial para iluminar las noches en nuestras ciudades y municipios, pero ¿siempre es necesaria? Cuando es molesta, ineficiente o no se necesita, estamos hablando de contaminación lumínica, generando un enorme impacto en la Salud de los seres humanos. En este post os vamos a contar qué lo genera y sus efectos, ¡sigue leyendo!

¿Qué provoca la contaminación lumínica?
Es esencial destacar que el origen de este tipo de contaminación reside en que la luz artificial se dirige directamente hacia el cielo, provocando un enorme desperdicio, porque no se ilumina nada en concreto, se desperdician recursos y afecta al ecosistema. Las principales formas que lo originan son:
- El uso de luminarias que, por una colocación inapropiada, provocan que el foco lumínico se escape hacia el cielo.
- El exceso de iluminación, que produce enormes pérdidas de luz por reflexión en el suelo y otros objetos sobreiluminados.
- Diseños que, lejos de ser eficientes energéticamente, consumen una alta potencia y necesitan grandes cantidades de recursos.
¿Qué efectos tiene sobre la Salud?
El primer lugar, la contaminación lumínica altera los niveles de sueño y vigilia. Esto se debe a que respondemos al ritmo circadiano, es decir, descansamos de noche y nos mantenemos activos de día. Sin embargo, la contaminación lumínica provoca que, aunque sea de noche, siga habiendo luz en nuestro entorno.
Además, altera la hormona del sueño o melatonina, encargada de mantener un equilibrio en el sistema inmunitario, reducir el colesterol o regular el funcionamiento del páncreas. Cuando es de noche y alteramos el ritmo de sueño, también modificamos la generación de melatonina, por tanto, modificamos el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Para poner remedio a la contaminación lumínica, diferentes expertos advierten que habría que controlar las emisiones de luz, como se hace con las de CO2. ¿Tu qué opinas? Te leemos.
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