Los meses de verano, como podemos ver a diario en los medios de comunicación, se convierten en la temporada del año en la que se concentra el mayor número de incendios forestales. Las altas temperaturas y la sequía que caracteriza los terrenos, favorece el inicio y la propagación de este tipo de desastres naturales. Al mismo tiempo, el aumento de temperaturas en los últimos años y las olas de calor, también han agravado este modelo de incendio.
La acción del fuego a su paso por bosques y montes es devastadora y arrasa con cualquier elemento que se cruce en su camino. La destrucción de la cubierta vegetal y el manto de cenizas, fruto de la combustión de la vegetación, hace que sus resultados se aprecien a simple vista.
Para llevar a cabo su recuperación es necesario realizar una evaluación de daños, para diseñar un plan de actuación. Las acciones dependerán del tipo de fuego, duración, intensidad y resultados. Teniendo en cuenta que el grueso de incendios tiene lugar en época estival, es importante actuar cuanto antes para que las lluvias de otoño aceleren el proceso.

Proceso de recuperación
En primer lugar es importante proteger la capa de ceniza que se ha creado. Esta contiene material orgánico y mineral que favorecerá su recuperación. De no ser posible, se realizaría un alfombrado de virutas de madera o paja que haga barrera contra especies no deseadas. En este último caso, se tratará de reducir al máximo el impacto de maquinaria o modificación del suelo en la zona.
Tras el paso anterior, es fundamental dejar que la naturaleza actúe por sí sola para que se regenere. Se establece un período entre 1 y 3 años para determinar un nuevo plan de actuación a medio plazo que mitigue los daños y agilice la recuperación. En este paso se priorizan actividades como la eliminación de plantas invasoras o acciones de plantación. También la recuperación de estructuras, clareo de la zona o recuperación de bosques autóctonos.
Finalmente pasada una franja de aproximadamente tres años, a largo plazo, comienza la verdadera regeneración, donde los objetivos se centran en una restauración ecológica que permita recuperar la estructura y el funcionamiento del ecosistema. Esto se traduce en crear un espacio donde, al igual que en su origen, convivan flora y fauna de forma autónoma sostenible.
Colaboremos entre todos
Actualmente la tecnología y los expertos aporten soluciones viables para paliar los efectos de los incendios, pero muchos de estos desastres dan como resultado terrenos en condiciones insalvables o que tardan mucho tiempo en regenerar. Por esta razón, debemos ser tomar medidas para que nuestro paso por el planeta no genere una huella negativa en el mismo.
Desde Fundación Ecolec os animamos a reducir el impacto ambiental en las visitas a montañas y bosques. Deposita los residuos en los espacios destinados para ello, tener especial cuidado con las colillas e intentar no alterar el entorno en el que os encontréis.
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