España vive en emergencia climática, al igual que el resto del planeta. Y eso significa en el caso de nuestro país que se intensifiquen fenómenos como las inundaciones y las sequías. El informe del IPCC, el panel de expertos de cambio climático de la ONU, publicado la semana pasada, (Sixth Assessment Report — IPCCSixth Assessment Report — IPCC) afirma con rotundidad que somos los humanos los causantes del cambio climático y que hemos provocado alteraciones en el clima sin precedentes. Los fenómenos climáticos extremos provocados por las actividades humanas están ya afectando a todo el Planeta y las olas de calor, lluvias torrenciales, sequías y ciclones tropicales se han potenciado desde el anterior informe de 2014.

El último informe del Ministerio para la Transición Ecológica sobre ‘Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España’ , publicado este año, señala que “se espera un aumento generalizado en la intensidad y magnitud de las sequías meteorológicas e hidrológicas bajo escenarios de cambio climático, debido principalmente al aumento de la evapotranspiración y, secundariamente, a la reducción de las precipitaciones”.
Los caudales de los principales ríos de la Península ya han registrado un descenso durante la segunda mitad del siglo XX, y las proyecciones para los próximos años no son mejores. “En general, incluso en los escenarios de bajas emisiones, se prevén considerables repercusiones en el ciclo hidrológico, cuya consecuencia será la disminución de la disponibilidad de agua y su calidad”, señala el informe de los expertos.
En las sequías influyen varios factores: reducción de las lluvias, un aumento de la evapotranspiración y el aumento de temperaturas. Así, en cuanto a las temperaturas, dependiendo de los escenarios estudiados, en el caso del mayor aumento de emisiones, los días cálidos podrían incrementarse en un 50% mientras que, en un escenario de estabilización de emisiones, los días cálidos aumentarían en un 24% en España.
Además, para finales de siglo, la duración de la ola de calor más larga tendría entre 15 a 50 días más que su promedio en el periodo de referencia a nivel de España peninsular.
Respecto a las lluvias, se espera una reducción de las precipitaciones medias en la España peninsular para los últimos veinte años del siglo XXI, con valores relativos a los del periodo de referencia (1961-1990), de entre un 16% y un 4%. Las reducciones relativas más importantes se esperan en invierno, en las cuencas hidrográficas en el sur y el Levante y en los dos archipiélagos. Y en toda España, podría haber hasta 14 días menos de lluvia al año que en el periodo de referencia.
En definitiva, con el calentamiento global, las sequías serán más frecuentes, durarán más y serán más intensas en el sur y el oeste de Europa. Con un calentamiento global de 3°C en 2100, las pérdidas por sequía podrían ser 5 veces mayores que en la actualidad, con el mayor aumento de pérdidas por sequía proyectado en las regiones mediterráneas.
Alerta temprana de sequía
Ante este futuro, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha lanzado un nuevo sistema de monitorización pionero en España para el seguimiento, alerta temprana y evaluación de sequías meteorológicas en tiempo real. Este monitor proporciona información en tiempo real sobre la severidad de la sequía meteorológica a escala nacional, mediante un indicador basado en información climática y satelital.
España presenta riesgo de sequía y esta última primavera ha sido la cuarta primavera más seca desde el inicio de la serie histórica en 1961. Según los datos de la AEMET, las lluvias acumuladas han sido solo el 67% del valor normal del período de referencia.
Este pasado mes de julio fue en conjunto muy seco. La precipitación sobre la España peninsular fue de 10,1 l/m2. Un valor que representa el 58% del promedio normal del período 1981-2010. Fue el tercer julio más seco del siglo XXI, por detrás tan solo de 2005 y 2007, según los datos de la AEMET.
La reserva hídrica española está al 47 por ciento de su capacidad total a principios de agosto. Los embalses almacenan actualmente 26.290 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, mientras que el año pasado en esta misma época acumulaban 30.458 hm³ y la media de la última década para primeros de agosto es de 33.968 hm³.
Los ríos de la vertiente atlántica acumulan 18.092 hm³, más de 7.600 hm³ menos que la media de la década, con importantes reducciones de caudal en el Tajo, Guadiana y Guadalquivir.
Además, la AEMET emite avisos de fenómenos meteorológicos adversos hasta 72 horas antes de que se produzcan, y durante este verano estará en vigor el sistema de alerta ante olas de calor. Las olas de calor se producen cuando durante al menos tres días consecutivos, como mínimo el 10% de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000. En agosto ya llevamos una ola de calor en el centro y sur peninsular.
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