1. Definición de tratamiento de residuos y por qué es importante
Los sistemas de tratamiento de residuos incluyen la operación o conjunto de operaciones que tienen por objetivo modificar las características físicas, químicas o biológicas de un residuo.
Estas acciones tienen como fin:
- reducir o neutralizar las sustancias peligrosas que contienen los residuos
- recuperar materias o sustancias valorizables
- facilitar el uso como fuente de energía o adecuar el residuo para su posterior tratamiento finalista
Este proceso, fundamental en la economía circular, es de vital importancia para dar una segunda vida a los residuos, minimizando de esta manera la contaminación del entorno y la extracción de materia prima procedente de la naturaleza.
Un ejemplo de este necesario proceso se puede observar en los múltiples elementos que es posible extraer de un simple teléfono móvil o de una cafetera eléctrica. Como muestra, un dato: el 90% de los materiales contenidos en un teléfono móvil son reutilizables en la fabricación de nuevos productos tras ser sometidos a diversos procesos de tratamiento en plantas autorizadas. Merece la pena reciclar, ¿no?

2. Clasificación de residuos
Hay muchos tipos de residuos y éstos pueden clasificarse de distintas formas, pero principalmente podemos distinguirlos por tres aspectos:
- La peligrosidad
- Su origen
- Su composición
Clasificación de residuos según su peligrosidad
Según su peligrosidad, los residuos pueden ser:
- Residuos Inertes. Residuos que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas. No son solubles, ni combustibles, ni reaccionan física ni químicamente de ninguna otra manera, ni son biodegradables, ni afectan negativamente a otras materias con las cuales entran en contacto de forma que pueda dar lugar a contaminación del medio ambiente o perjudicar la salud humana. Por ejemplo, el material de construcción.
- Residuos peligrosos. Residuos que, por sus características suponen un riesgo para los seres vivos y el medio ambiente general. Se trata de los residuos que figuran en la lista de residuos peligrosos aprobada en el Real Decreto 952/1997, de 20 de junio, así como los recipientes y envases que los hayan contenido. Algunos ejemplos son los aceites y disolventes.
- Residuos no peligrosos. Aquellos que no son ni inertes ni peligrosos. Por ejemplo, el plástico, el papel/cartón, o el metal, siempre que no estén contaminados por alguna sustancia peligrosa.
- Además de estos grupos, existen ciertos grupos de residuos que, por reunir ciertas características especiales en cuanto a generación, naturaleza o gestión, tienen una normativa específica y forman un grupo diferenciado. Son los denominados Residuos Específicos: residuos urbanos, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), residuos sanitarios, neumáticos fuera de uso (NFU), vehículos al final de su vida útil (VFVU), etc.
Clasificación de residuos según su origen
Según su origen, los residuos pueden diferenciarse en:
- Residuos domésticos. Residuos generados en los hogares como consecuencia de las actividades domésticas. Se incluyen también en esta categoría los residuos que se generan en los hogares de aparatos eléctricos y electrónicos, ropa, pilas, acumuladores y muebles, así como los residuos y escombros procedentes de obras de construcción y reparación domiciliaria.
- Residuos comerciales. Residuos generados por la actividad propia del comercio, al por mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los mercados, así como del resto del sector servicios.
- Residuos industriales. Los resultantes de los procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre.
- Biorresiduos. Aquellos biodegradables de jardines y parques, residuos alimenticios y de cocina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y establecimientos de venta al por menor; así como, residuos comparables procedentes de plantas de procesado de alimentos.
- Escombros y residuos de la construcción. Residuos que se generan en una obra de construcción o demolición.
- Residuos sanitarios. Se consideran residuos sanitarios aquellos residuos generados en centros, servicios y establecimientos sanitarios (que pueden ser de promoción de la salud, de atención sanitaria y sociosanitaria, de investigación biomédica y sanitaria o de veterinaria asistencial).
- Residuos mineros. Residuos sólidos, acuosos o en pasta que quedan tras la investigación y aprovechamiento de un recurso geológico.
- Residuos radioactivos. Estos contienen elementos químicos radiactivos que no tienen un propósito práctico. Clasificados en exentos, de baja, media y alta radioactividad.
- Subproductos animales. Aquellos no destinados al consumo humano se definen como cuerpos enteros o partes de animales, productos de origen animal u otros productos obtenidos a partir de animales, que no están destinados al consumo humano.
Clasificación de residuos según su composición

Según su composición podemos distinguir entre:
- Residuo orgánico. Engloba todo desecho de origen biológico (desecho orgánico), que alguna vez estuvo vivo o fue parte de un ser vivo, por ejemplo: hojas, ramas, y residuos de la fabricación de alimentos en el hogar.
- Residuo inorgánico. Es todo desecho sin origen biológico, de índole industrial o de algún otro proceso artificial, por ejemplo: plásticos o telas sintéticas.
- Mezcla de residuo. Se refiere a todos los desechos de residuos mezclados resultado de una combinación de materiales orgánicos e inorgánicos
- Residuo peligroso. Se refiere a todo residuo, orgánico e inorgánico, que tiene potencial peligroso.
4. Técnicas de tratamiento de residuos
Bajo la premisa de intentar reciclar todo el residuo o la mayor parte del mismo, conviene recordar que cada componente es diferente y por ello recibe tratamientos distintos. A este respecto, existen cuatro pautas que marcan las prioridades en esta fase:
- Eliminar o reducir las sustancias tóxicas
- Recuperar la materia prima para su reutilización
- Ser utilizado como fuente de energía
- Ser adecuado para su depósito en vertedero
Siguiendo estas cuatro directrices, los tipos de tratamiento se dividen en:
- Preparación para su reutilización: preparar aquellos productos que se hayan tirado como residuos para su uso. Para ello se limpian y reparan, pero no sufren transformaciones.
- Compostaje: es un proceso biológico que bajo ciertas condiciones controladas (con oxígeno) transforma los residuos orgánicos en un material llamado compost.
- Biometanización: en ausencia de oxígeno y gracias a microorganismos, este proceso biológico transforma la materia orgánica en biogás, utilizado para producir calor y electricidad.
- Clasificación de material: es la clasificación de residuos. Su función es separar las fracciones valorizables de la mezcla de residuos para su comercialización. Se utilizan procesos automáticos y manuales.
- Tratamiento biológico: son tratamientos para la materia orgánica procedente de la fracción resto.
- Incineración: consiste en la combustión de los residuos con recuperación/generación de energía eléctrica.
- Pirólisis: es la degradación térmica de los residuos en ausencia de oxígeno. El resultado son gases, líquidos o materiales de naturaleza inerte.
- Gasificación: es un proceso mediante el cual se transforma la materia orgánica de los residuos urbanos en un gas valorizable.
- Tratamiento de los plásticos: mecánico, que trocea el material para luego por extrusión moldearlo en nuevos productos; químico, para la recuperación de materia prima a partir de plástico degradado; y valorización energética, cuando el material está muy degradado se incinera para la recuperación de energía.
- Tratamiento de metales: separación entre metales ferrosos de los no ferrosos. Una vez hecho, se trocean y se envían a fundiciones para producir nueva materia prima.
- Tratamiento del papel y cartón: proceso para la recuperación de las fibras de celulosa mediante la separación de los demás materiales y sustancias, como la tinta.
- Tratamiento de los escombros: es la trituración de los residuos para obtener por separado unos residuos de otros, por ejemplo, piedras, cartón, etc.
- Tratamiento de los voluminosos: referido a los muebles. Se trocean y se separa la madera, de los plásticos y metales para su posterior reciclaje.
- Tratamiento de los RAEE: los aparatos eléctricos y electrónicos tienes sustancias que son contaminantes; deben ser recogidos aparte y su tratamiento se compone de descontaminación de determinadas sustancias y componentes, y trituración de lo demás, para aprovechar el plásticos,
losmetales, etc. - Tratamiento del vidrio: se tritura para formar un polvo que, en hornos a altas temperaturas, se funde en nuevos moldes para nuevos productos.
- Depósito en vertedero: un vertedero es una instalación de eliminación de residuos. Puede ser un depósito subterráneo o en superficie, donde los residuos se sitúan en condiciones seguras para evitar contaminación del agua, del aire y del suelo.
Vídeo de tratamiento de residuos electrónicos
5. El tratamiento de residuos en España

Ante el amplio panorama del tratamiento de residuos en España, se muestra una creciente voluntad de mejora por parte de los distintos involucrados que intervienen en este proceso. Tanto productores y organismos públicos, como gestores, distribuidores y ciudadanos tienen un papel fundamental en el paso firme hacia el modelo de una economía circular.
Según datos de Eurostat, España es uno de los países de la UE que menos reciclan residuos urbanos (un 18,2% del total de los desechos) y que más envía basura sin tratar al vertedero (el 56,7%), según los últimos datos de Eurostat (datos correspondientes a 2016).
En lo que afecta al tratamiento de RAEE, este dato sigue una senda marcada por el incremento en positivo del número de toneladas gestionadas correctamente y España cumple con los objetivos europeos de reciclaje de RAEE en 2017.
La actividad de los sistemas colectivos, dedicados a la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) agrupados en OfiRaee, junto con la colaboración de los distintos actores que intervienen en el ciclo de vida del producto -consumidores, productores, distribuidores y gestores-, ha permitido gestionar casi 247.000 toneladas de RAEE en 2017, que se suma a la tendencia creciente registrada en los últimos ejercicios. Con este volumen, nuestro país cumple los objetivos obligatorios establecidos para este tipo de residuos en la vigente normativa europea, la directiva 2012/19/UE sobre RAEE.
La citada cifra de RAEE gestionada representa 5,30 kg por habitante en 2017 y supone un incremento de casi el 25% con respecto al volumen registrado en 2015, año de entrada en vigor del RD 110/2015, norma que transpone al derecho español la citada directiva comunitaria.
Esta información ha sido elaborada con fuentes de recytrans.com, MAPAMA, Ecodiario y Alimarket. Las imágenes están tomadas de unsplash.com de los autores Francesco Gallarotti, Rebecca Aldama, Alexander Andrews y Elena Saharova.