Continúan los robos en los puntos limpios. En esta ocasión la noticia procede de Burgos, donde en los últimos dos años han visto como las instalaciones municipales de recogida son constantemente asaltadas para hacerse, fundamentalmente, con los metales, especialmente el cobre. Es otra de las consecuencias de la crisis.
Según informa el «Diario de Burgos», aunque el valor de lo sustraído no sea especialmente relevante, sí lo es su impacto medioambiental y los daños que causan los asaltantes a su entrada en los puntos limpios. Algunos de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, y las pilas y baterías son muy peligrosos para el medio ambiente y la salud si no se gestionen adecuadamente.
Para María José Hernando, responsable de la compañía de inserción GRM de la Fundación Lesmes, que gestiona los dos puntos limpios de Burgos, «el precio de una pila de botón es nada pero si se tira a un río, limpiarlo es muy caro. Igual que un fluorescente. No tiene gran valor pero si alguien lo inhala es muy peligro
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