La Comisión Europea ha presentado una propuesta para reducir las emisiones de gases fluorados en dos tercios de aquí a 2030. Utilizados frecuentemente en la refrigeración y el aire acondicionado, equipos eléctricos, aerosoles de gas, espumas de aislamiento y extintores de incendios, estos gases tienen un efecto de calentamiento hasta 23.000 veces más potente que el dióxido de carbono.
La intención de las autoridades europeas es reducir gradualmente su uso, a partir de 2015, para intentar lograr la eliminación de los grupos más importantes de gases fluorados, los hidrofluoracarburos (HFC) que se comercializan en la Unión Europea, como uno de los principales causantes de los daños en la capa de ozono.
La medida se debatirá en la vigésimo cuarta reunión de las Partes en el Protocolo de Montreal a finales de este mes de noviembre. Entre otros asuntos, se expondrá la prohibición del uso de gases fluorados en algunos equipos nuevos, como los frigoríficos domésticos. Según los estudios que manejan estas autoridades, en estos momentos ya existen alternativas técnicamente seguras, rentables y capaces de facilitar el ahorro de la energía que permiten fabricar productos y aparatos respetuosos con el medio ambiente y que permitirán prevenir las consecuencias más costosas del cambio climático en el futuro.
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