Unión, esfuerzo colectivo y concienciación ciudadana son tres ideas presentes durante la mesa redonda organizada por El Norte de Castilla e impulsada por Ecolec que giró entorno al ‘Cambio climático y economía circular: un desarrollo sostenible en Castilla y León». Un encuentro que tuvo lugar en la hemeroteca del periódico coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono y al que asistieron representantes empresariales, de la administración y la educación para valorar el presente y abordar estrategias de futuro ante los desafíos medioambientales que conlleva el cambio climático. En este camino, los fondos europeos aprobados con este fin servirán de apoyo e impulso dar el salto a la hacia la Economía Circular, que apuesta por la sostenibilidad ambiental.
En este sentido, José Manuel Jiménez Blázquez, consejero delegado de Somacyl (Sociedad pública de infraestructuras y medio ambiente de Castilla y León), opinó que «el dinero no va orientado a lo que nos gustaría o a lo que necesitaríamos, como las carreteras o el abastecimiento de agua». La apuesta a nivel europeo por encaminar la visión económica desde un punto de vista más ecológico conlleva una adaptación que en muchos casos requerirá de tiempo. «En materia de residuos urbanos hemos avanzado mucho pero no lo suficiente», apuntó. Y aunque muchas medidas abren una ventana a la oportunidad de empleo también dejan al descubierto carencias en Castilla y León. «Hará falta personal con competencias en albañilería o electricistas porque no tenemos profesionales que demanden las empresas», explicó en relación a los fondos dirigidos a la rehabilitación de viviendas y edificios. Y sobre la gestión de los electrodomésticos, dijo que «tenemos que mejorar muchos aspectos» para fabricar y garantizar la reutilización de aparatos.

El principal reto
El director general de la Fundación Ecolec, Luis Moreno Jordana, señaló que «ese cambio de reaprovechamiento de los materiales para introducirlos en el ciclo productivo es el principal reto para todos». Un trabajo que se apoya en las cuatro R que definen la filosofía de la economía circular, reducir, reutilizar, reparar y reciclar «que cierra el círculo con la recuperación de los materiales usados», apuntó.
Por otro lado, sobre la basura electrónica que en el año 2030 alcanzará los 74 millones de toneladas, «esto que pudiera parecer un problema, debemos verlo como una oportunidad. Cuando los aparatos lleguen al final de su vida útil tenemos que ser capaces de recogerlos y utilizar sus materiales para fabricar la tecnología del futuro. Es la economía circular», insistió. Y, precisamente, para lograr todos estos objetivos la conciencia ciudadana «es fundamental» para que cada uno de forma individual contribuya desde sus hogares con la separación de residuos de forma correcta.
Una visión compartida por todos los presentes y que para Carlos Moreno-Figueroa, secretario general de la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE) tienen totalmente interiorizada las nuevas generaciones. En este sentido, insistió como el resto de sus compañeros en la unidad colectiva para hacer frente a una realidad como es el cambio climático y que ha provocado un cambio en la forma de fabricar y consumir productos. «El consumidor en casa ha de tener claro el reciclaje en origen». Una responsabilidad conjunta, «que se está haciendo pero que hay que seguir afinando para que toda la sociedad lo tenga claro», reiteró.
Y al hilo de esta petición, Ramiro García, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid, aprovechó para dar un ‘tirón de orejas’ a la Junta ante la «pereza» de las administraciones en gestionar cuestiones relacionadas con subvenciones y desgravaciones. «Utilizaré la historia del amigo de un amigo para comentar que no puede ser que haya tantos retrasos a la hora de aprobar medidas compensatorias por la instalación de placas o compras de coches eléctricos», comentó.
Por su parte, Teresa Aristegui, gerente de Chatelac, opinó: «Creo que desde todos los ámbitos, tanto públicos como privados, nos vamos adaptando a los cambios regulativos». Desde el punto de vista de una empresa dedica a la gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) apuntó que «todo es mejorable», pero también señaló que «somos un eslabón de la cadena y hay que abogar por una estrategia unánime desde todos los puntos de vista». En este caso, se refirió no solo a las administraciones, fabricantes y consumidores sino también al ámbito educativo. De esta forma sugirió señalar en cada producto el coste ambiental que tiene, «demos información real y clara del comportamiento ambiental de los productos que compra el consumidor».
De igual forma, Sonia Martínez Fontano, responsable del Departamento Economía de CEOE Castilla y León, habló de sensibilización y transparencia. «Hay que transmitir bien la información. las empresas están comprometidas con la sostenibilidad ambiental, económica y social» y añadió que «la actividad económica tiene que ser competitivamente sosteniblemente». Sobre este punto aludió al precio de la electricidad, pero también de las materias primas, su obtención y fabricación porque «todos estos aspectos repercuten a nivel competitivo», concluyó.
Luis Moreno: «Hay que hacer frente al desafío de las ventas ‘on-line'»
Internet se ha convertido en la tabla de salvación para muchos negocios durante la pandemia. El consumo acelerado de las compras ‘on-line’ se ha disparado y ha puesto también en el centro de la diana la competencia desleal de algunas empresas que «no cumplen con la normativa nacional basada en la responsabilidad de los residuos», advirtió el director general de la Fundación Ecolec, Luis Moreno Jordana. El cambio en los hábitos de consumo tiene una implicación directa en las cuestiones medioambientales. La venta ‘on-line’ de los aparatos electrónicos en España supone más de un 33%, pero esta cuestión supone un reto. Cuando «el producto llega de fuera de la UE no cumplen con la normativa referente a la financiación de los residuos de los aparatos al final de su vida útil». Un problema que genera desequilibrios entre fabricantes y desventajas competitivas. Por otro lado, advirtió de la presencia de prácticas ilícitas que van en contra de los derechos de los consumidores. «Muchas tiendas online no ofrecen el servicio de recogida gratuita del aparato viejo». En estos casos, los aparatos acaban en la vía pública con el consiguiente efecto contaminante a la espera de que los servicios municipales pasen a recogerlo y «en el mejor de los casos se animan a llevarlo al punto limpio».
Teresa Aristegui: «Los puntos limpios han sido vandalizados»
La gerente de Chatelac, Teresa Aristegui coincidió en la denuncia de la vandalización sobre los aparatos en desuso que no son desechados correctamente. Es decir, que se depositan en lugares incorrectos después de haber sido manipulados por el propietario, en algunos casos, o despiezados, «porque se cogen algunas piezas para diversos fines». Esta situación provoca que «en los puntos limpios es difícil encontrar residuos utilizables porque han sido vandalizados», lamentó. Por este motivo, se están poniendo recursos a disposición del sistema productivo. Entre los aspectos de mejora a incorporar en los puntos limpios se contempla, «un espacio para la recogida de aparatos que puedan ser reutilizados y así garantizar que haya una reparación de estos residuos«, indicó la gerente de Chatelac, empresa dedicada a la gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).
En plantas de tratamiento específico de RAEE como esta han apostado por la inversión en tecnología para proporcionar una segunda vida útil que «ayude a valorizar el residuo». Forman parte de la cadena de gestión del reciclaje para la que es fundamental «que haya una serie de gestores posteriores que mejoren esos residuos».
Carlos Moreno: «Un frigorífico mal reciclado contamina más que un coche»
El problema de los residuos electrónicos ‘abandonados’ en la calle y la necesidad de conocer las consecuencias medioambientales que conlleva centraron parte de la labor de concienciación ciudadana que se quiso transmitir en la mesa de debate. Carlos Moreno-Figueroa, secretario general de FECE (FederaciónEspañola de Comerciantes de Electrodomésticos) presentó un ejemplo sencillo para entender las dimensiones del problema: «Un frigorífico mal reciclado contamina más que un coche recorriendo 15.000 kilómetros», apuntó. Asimismo, abordó el tema de la responsabilidad empresarial para incidir en el reciclaje inteligente y, coincidiendo con la intervención al respecto de Luis Moreno, reiteró: «Hay ventas ‘on-line’ que te cobran un servicio plus por la recogida y eso está prohibido«, alertó. En este sentido, ensalzó la labor de comunicación e información que proporcionan a sus clientes para transmitir las ventajas y posibilidades en el campo de la reutilización y reciclaje de aparatos. «Nos apoyamos también mucho en Ecolec, que realiza muchas campañas para aportar nuestro granito de arena», explicó. Además, reconoció en términos generales una creciente preocupación por las cuestiones medioambientales y una mayor consciencia de lo que supone el consumo abusivo de aparatos eléctricos. «Ha habido un cambio en el etiquetado energético», recordó.
José Manuel Jiménez: «La adaptación rápida de lo que viene y la valorización de lo que tenemos»
Las estrategias adoptadas por la Comisión Europea en línea con la lucha contra el cambio climático marcan la pauta de trabajo que se traslada a todos los niveles administrativos. En el caso de Somacyl, las nuevas normas y leyes requieren de «una adaptación rápida de lo que nos viene y una valorización intensa de lo que tenemos», resumió Jose Manuel Jiménez Blázquez. En economía circular, destacó sectores relevantes como la bioeconomía y el aprovechamiento de residuos. En la antigua central térmica de Compostilla, «una de las inversiones más importantes que va a ir allí es una planta de reciclaje de baterías. Se va a generar mucho empleo y actividad en Castilla y León», comentó. Sin embargo, todavía hay mucho camino por recorrer.
Ramiro García: «Luchar contra el cambio climático va más allá de la economía circular»
La Comisión Europea aboga por una Europa climáticamente neutra de aquí a 2050. Para conseguirlo ha diseñado un paquete de medidas, estrategias y leyes que contemplan el llamado Pacto Verde con siete líneas de acción a las que se refirió el profesor de Economía Aplicada de al UVA, Ramiro García, «hay que ser conscientes de que la lucha contra el cambio climático va más allá de la economía circular». La movilidad limpia, las energías renovables o la construcción medioambientalmente sostenible son otros de los conceptos incluidos que Ramiro enumeró para dejar claro que, «Castilla y León debe mirar más allá y aprovechar las oportunidades que se presenten».
Sonia Martínez: «Los empleos verdes son una oportunidad»
Para cumplir con los requisitos del Pacto Verde europeo, «las pymes necesitarán apoyo», reconoció Sonia Martínez, responsable del departamento de Economía de CEOE Castilla y León que, aunque valoró positivamente que «los empleos verdes son una oportunidad para la actividad económica», también reconoció que suponen nuevas dificultades a las que hacer frente. La adaptación de las legislaciones aprobadas se convierte en un ‘campo de batalla’ ante la complejidad y a veces poca claridad en la interpretación de los textos, agregó. «El empresario no sabe a qué atenerse, esa es una lucha diaria, no hay malicia, pero hay mucha regulación».
En cuanto a la adaptación de las pequeñas y medianas empresas a este nuevo marco regulador, la representante de CEOECastilla yLeón no dudó en señalar que «es necesaria tecnología y apoyos. Especialmente a las pymes para que se vayan adaptando los cambios normativos que son acelerados». Además, subrayó la importancia de trasladar una información clara tanto a consumidores como a los empresarios sobre la repercusión que tienen todos esos cambios en la competitividad empresarial.