La policía, aduanas, autoridades portuarias y las fuerzas de medio ambiente marítimo de varios países europeos y África, coordinadas por la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), han conseguido confiscar más de 240 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) comercializados ilegalmente y emprender acciones contra aproximadamente 40 empresas involucradas en este comercio ilícito.
El operativo, denominado Operación Enigma, se desarrolló entre los meses de noviembre y diciembre de 2012, y se encuentra bajo el Proyecto Edén, del Programa contra el Delito Ambiental, cuyo propósito es apoyar a los países para enfrentarse al tráfico ilícito transnacional de residuos peligrosos. En este caso, el objetivo era identificar e interrumpir los procesos ilegales de recolección, reciclaje, explotación y transporte de residuos de artículos electrónicos.
En Europa, considerada como una región desde donde se envían residuos electrónicos a nivel internacional, los controles se efectuaron en los principales puertos de Bélgica, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido. De forma paralela, hubo operativos en África en Ghana, Guinea y Nigeria), destinatario principal de este tipo de desechos donde detectaron que un tercio de los controles había tráfico ilegal de residuos electrónicos.
La Operación Enigma también ha servido para descubrir pruebas acerca de los nuevos métodos de ocultamiento utilizados por empresas e individuos implicados en el mercado ilegal de RAEE, las cuales ayudarán a la aplicación del Derecho Internacional del Trabajo con el fin de eliminar estas actividades ilegales.