En muchas partes de España ya se ha hecho el cambio de armario. Guardar el chaquetón y sacar la manga corta para hacer frente al aumento de las temperaturas. La decoración de la casa también cambia en estas fechas, las sábanas son más finas y las mantas del sofá desaparecen. Y además ya coge sitio el ventilador en el salón y/o en el dormitorio, y el mando del aire acondicionado ocupa un puesto privilegiado. Siempre cuando llega este momento, además de intentar pasar poco calor se quiere pagar lo menos posible en la factura la luz. Pero qué consume menos, ¿el ventilador o el aire acondicionado?.

La lógica dice que un aire acondicionado tiene un consumo energético mayor que el de un ventilador. Hace un esfuerzo mayor en su funcionamiento ya que tiene que enfriar – o calentar, si se usa en invierno- el aire del espacio en otra temperatura de la que está; mientras que el ventilador solo mueve el aire. Endesa explica que el consumo del ventilador es “sensiblemente menor”. Para analizar cuánto exactamente, entran en juego muchos variables, como el tipo de ventilador y aire acondicionado, la potencia de kilowatios de cada uno, e incluso el mantenimiento de limpieza que tenga el aparato.
Y hay que tener en cuenta otros factores como el propio hogar o el municipio en el que vivimos. Muchas cuestiones influyen finalmente en el consumo de los aparatos y, por consecuencia, en la factura final que vamos a pagar. En la decisión de cada uno está el uso de uno u otro aparato. Ambos tienen sus ventajas y desventajas en el uso diario.
Un consumo responsable para una menor contaminación
Lo importante es que hay que estar concienciados cuando usamos nuestros aparatos eléctricos y electrónicos en el hogar. Un consumo responsable significa una menor contaminación. Usar los aparatos cuando sólo sea necesario y en unas temperaturas acordes a las circunstancias son maneras de contribuir a una mayor protección del Medio Ambiente y a un mayor cuidado del planeta.
Además, no hay que caer en el error de poner en funcionamiento estos aparatos teniendo alguna ventana abierta. Por otro lado, hay que aprovechar las horas más frescas del día para ventilar la casa abriendo las ventanas; y tapar de algún modo la entrada de calor en las horas más fuertes bajando un poco las persianas o utilizando algún tipo de toldo si se tiene.
La eficiencia energética comienza desde la adquisición de un aparato y continúa por el consumo responsable y el mantenimiento del mismo. Con la ayuda de todos, con simples detalles, se dan pasos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible que nos marca la Agenda 2030 para tener un mundo mejor.
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