Es muy común escuchar estos meses en el telediario o leer en los periódicos el término desertificación. ¿Y cuál es exactamente su significado?. Según la Real Academia Española es “transformar en desierto amplias extensiones de tierras fértiles”. Por su parte, la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, a la que pertenece España como país afectado, la define como “la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas”.

Este es uno de los principales problemas ambientales que existen y que está ligado al cambio climático y a la sequía, entre otras cuestiones. La ausencia de lluvia es más que una preocupación en nuestro país en estos últimos meses. El agua es fuente de vida, hilo conductor medioambiental, y una necesidad para el funcionamiento de múltiples sectores económicos. Y el problema va a más. Desde la Naciones Unidas apuntan que la previsión es que “para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial”. A día de hoy, recalcan, “hay más de 2.300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua”.
En la propia web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico aparece, en el hilo de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, que la “desertificación se considera una disminución irreversible a escala temporal humana de los niveles de productividad de los ecosistemas terrestres, como resultado de su sobreexplotación o uso y gestión inapropiados en zonas áridas y proclives a la sequía”.
La lucha contra la desertificación en España
La desertificación se ha convertido en uno de los principales retos a nivel mundial. En España existe una Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación (ENLD), que trata de políticas e iniciativas. Son objetivos, principios, medidas y acciones para la lucha contra esta problemática. El documento se aprobó el pasado junio de 2022 y viene a actualizar el programa datado en 2008.
La estrategia, en el marco de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, tiene la firma del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y cuenta con la participación de las comunidades autónomas, la comunidad científica, las organizaciones no gubernamentales y el resto de la sociedad a través de un procedimiento de participación pública.
Entre las líneas de actuación aparecen acciones para el fomento y aplicación a gran escala de buenas prácticas de gestión sostenible de la tierra en los distintos sectores relacionados con la desertificación; el impulso de la restauración de terrenos afectados por la desertificación; y actuaciones para mejorar la difusión de información y la sensibilización de la sociedad.
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