En plena lucha contra el Cambio Climático, muchos de los esfuerzos actuales de las Administraciones Públicas y de organizaciones privadas por reducir el impacto ambiental se centran en regular de alguna manera cuestiones que impidan la gran generación de residuos. El plástico es uno de los materiales que está transformando su presencia en nuestro día a día, encaminándose a una forma biodegradable, para aumentar la protección del Medio Ambiente. Otra cuestión que está encima de la mesa son los envases de plástico. Y de manera concreta, los envases de plástico no reutilizables.

Ante esta situación hay muchas dudas y cuestiones a las que se tienen que adaptar productores y distribuidores con el objetivo de caminar hacia un futuro más verde. Y entre la amplia regularización que existe y los cambios que se siguen produciendo, existen ventajas para diferentes productos de nuestro día a día. Por ejemplo, las cápsulas de café tienen un beneficio fiscal para los productores. Tanto es así que no están sujetas al Impuesto sobre los Envases de Plástico no Reutilizables.
Así se desgrana de una consulta vinculante de la Subdirección General de Impuestos Especiales y de Tributos sobre el Comercio Exterior y sobre el Medio Ambiente, en la que concluye que las cápsulas de café, que se eliminan con el café usado, no están incluidas en el ámbito objetivo del impuesto. Las cápsulas son envases de plástico no reutilizables por estar diseñados para contener, proteger, distribuir y presentar la mercancía, pero si se eliminan con el café usado, se les aplica la salvedad recogida en el art. 68 de la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular: artículos que formen parte integrante de un producto y sean necesarios para contener, sustentar o preservar dicho producto durante toda su vida útil y todos sus elementos estén destinados a ser usados, consumidos o eliminados conjuntamente.
Qué está considerado como un envase y qué no
El anterior criterio está recogido en el listado de ejemplos de la Directiva 94/62/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de diciembre de 1994, relativa a los envases y residuos de envases, donde se considera que no son envases las cápsulas de café que se eliminan con el café usado y que sí son envases las cápsulas para máquinas distribuidoras de bebidas que quedan vacías después de su uso.
Otros ejemplos de productos que no están considerados envases son: bolsas de té, cartuchos para impresoras, bolsas solubles para detergentes, cajas de CD, DVD y vídeo (vendidas con un CD, DVD o vídeo en su interior), entre otras cuestiones.