Aprovechar las innovaciones de la tecnología para motivar a la ciudadanía en el cuidado medioambiental, automatizar la gestión de basuras y conseguir reciclar más y mejor. Esas son las premisas sobre las que se sustentan los últimos desarrollos de los contenedores inteligentes.
Avances que están yendo frutos espectaculares, como los instalados en Londres durante las Olimpiadas de 2012, a prueba de bombas y con pantallas LCD donde poder ver noticias o la información del tráfico; o los de Holanda, donde los contenedores sólo se abren cuando identifican al usuario como forma para acabar con los robos y controlar a quienes no reciclan. Mejoras que llegan a que los ciudadanos de la localidad de Groningen paguen impuestos en función de la cantidad de basura originada y reciclada.
En España también tenemos ejemplos representativos. La empresa gallega Formato Verde/TNL ha desarrollado un contenedor de gran capacidad (60 metros cúbicos) dotados de un sistema de comunicaciones que incluye sensores de llenado, tarjeta de usuario y servicios como Wi-Fi y puntos de recarga para coches eléctricos. De momento, los está instalando en la ciudad de Abu Dabi.