Cuando hablamos de contaminación por plásticos o residuos de envases, solemos imaginar botellas, bandejas o bolsas visibles que tiramos a la basura. Sin embargo, existe una parte menos evidente, pero igualmente dañina: el packaging oculto. Este tipo de envase no siempre lo percibimos como tal porque forma parte del transporte, protección o presentación de productos que compramos, especialmente en el comercio online y en la industria alimentaria.

¿Qué es el packaging oculto?
El packaging oculto se refiere a todos aquellos materiales de embalaje que acompañan a un producto pero que rara vez percibimos o valoramos como parte del residuo. En el comercio electrónico, esto incluye el exceso de cajas, bolsas, plásticos de burbuja, papel kraft y otras capas protectoras que no forman parte del producto en sí, pero que se utilizan para transportarlo o presentarlo. En el sector alimentario, ocurre con las frutas envasadas individualmente, los productos con doble envoltorio, o los packs promocionales con capas extra de cartón o plástico.
En muchos casos, este embalaje adicional no solo es innecesario, sino que además complica el reciclaje por la mezcla de materiales o el uso de plásticos no reutilizables.
¿Por qué es un problema?
Porque multiplica el impacto ambiental sin aportar valor real al consumidor. Más envase significa más recursos naturales utilizados, más emisiones durante el transporte, y más residuos en vertederos. Y lo peor: al ser “invisible”, no lo asociamos con nuestra huella ecológica. En muchos países, este packaging representa más del 40% del volumen de residuos plásticos.
Por ejemplo, comprar una camiseta online que llega en una bolsa de plástico, dentro de una caja, con papel de relleno, una bolsa adicional con el albarán y una etiqueta adhesiva… todo eso suma residuos que rara vez contabilizamos.
¿Cómo reducir el packaging invisible?
1. Compra con criterio. Elige marcas que usan embalajes sostenibles o que permitan opciones de envío sin embalaje adicional. Muchas tiendas ya ofrecen esta alternativa si lo solicitas al comprar.
2. Agrupa pedidos. En lugar de hacer varios envíos pequeños, reúne tus compras en uno solo para reducir materiales y emisiones.
3. Rechaza productos sobreempaquetados. En el supermercado, opta por alimentos a granel, sin bandejas ni films innecesarios. Lleva tus propios recipientes o bolsas reutilizables.
4. Exige transparencia. Pregunta a las marcas cómo empaquetan sus productos y pide mejoras si detectas prácticas excesivas. Como consumidores, tenemos más poder del que creemos.
5. Educa y comparte. Hablar del packaging oculto es el primer paso para visibilizarlo. Compartir esta información ayuda a crear conciencia colectiva.
Hacia un consumo más consciente
Reducir el packaging invisible no es solo responsabilidad de las empresas: también es una elección diaria del consumidor. Detectarlo, cuestionarlo y evitarlo cuando sea posible es clave para avanzar hacia una economía más sostenible. Lo que no vemos, también importa. Porque cada caja, cada envoltorio y cada capa de plástico cuentan —aunque no los percibamos.
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