Reciclar correctamente es uno de los gestos más simples y poderosos que podemos hacer para cuidar el planeta. Sin embargo, no siempre está claro qué residuos van en cada contenedor, especialmente en el caso del contenedor amarillo. A menudo se asocia únicamente con el plástico, pero su función va más allá. Entonces, ¿qué sí y qué no debes tirar en el contenedor amarillo?
Qué debes tirar en el contenedor amarillo
El contenedor amarillo está destinado exclusivamente a envases de plástico, latas y briks. Algunos ejemplos comunes son:
- Botellas de plástico de agua, refrescos, champú o productos de limpieza.
- Tapas y tapones de plástico.
- Envases de yogur o postres.
- Bolsas de plástico (no biodegradables).
- Bandejas de corcho blanco (poliestireno) de alimentos.
- Latas de conservas, bebidas o aerosoles sin gas tóxico.
- Briks de leche, zumos o sopas.
En resumen: si es un envase y es de plástico, metal o cartón para líquidos, debe ir al contenedor amarillo.
Qué NO debes tirar en el contenedor amarillo
Aquí es donde suele haber más confusión. No todo lo que está hecho de plástico pertenece al contenedor amarillo. Estos son algunos ejemplos de lo que NO debes tirar ahí:
- Juguetes de plástico: aunque sean de este material, no son envases. Van al punto limpio o, si están en buen estado, se pueden donar.
- Cubiertos, platos y vasos de plástico de un solo uso: deben ir al contenedor gris (basura general), salvo que estén marcados como compostables.
- Tuppers y otros utensilios de cocina de plástico.
- Cepillos de dientes o maquinillas de afeitar.
- CDs, cintas de vídeo o disquetes.
- Electrodomésticos o aparatos electrónicos pequeños: deben llevarse al punto limpio.
- Ropa y calzado: tienen su propio sistema de recogida, normalmente en contenedores específicos o tiendas solidarias.
La regla de oro
Para no fallar, recuerda esta sencilla regla: si no ha contenido un producto alimenticio, de higiene o limpieza, probablemente no sea un envase y no debe ir al contenedor amarillo.
Un pequeño gesto con gran impacto
Cada envase correctamente reciclado puede convertirse en materia prima para nuevos productos, evitando el uso de recursos naturales y reduciendo las emisiones de CO₂. Pero si tiramos residuos incorrectos, se contamina todo el proceso y se pierde el esfuerzo.
Separar bien no cuesta nada y tiene un impacto enorme en la salud del planeta. Si dudas, consulta siempre con tu ayuntamiento o en webs oficiales. Pequeñas acciones, como tirar cada cosa en su sitio, construyen un futuro más limpio y sostenible.
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