El Cambio Climático es un problema de todos. La actividad humana ha sido su principal motor desde hace décadas. Por tanto, hacer frente a este obstáculo es una responsabilidad común, desde las grandes decisiones mundiales que se toman hasta las pequeñas acciones de cada uno en su día a día. Así entra en escena la huella de carbono, que es un indicador ambiental que representa los gases de efecto invernadero -dióxido de carbono, clorofluorocarbonos, vapor de agua..- que se producen por las diferentes actividades humanas. El objetivo es reducir la huella porque estas emisiones son las que aceleran el Cambio Climático.

La huella de carbono existe en cualquier actividad cotidiana que realizamos diariamente. Desde cocinar, conducir, o incluso el simple hecho de mandar un correo electrónico genera gramos de CO2. La reducción de los impactos negativos sobre el Medio Ambiente se consigue con la eficiencia, la responsabilidad, y la descarbonización, que consiste en la disminución de las emisiones.
Igual que existe una huella de carbono personal y en los productos, también la hay en las empresas, que se produce a causa de su actividad de una manera directa e indirecta. El día a día de los diferentes sectores económicos como el agrícola, el industrial, la construcción o servicios, implica la generación de gases de efecto invernadero. Para hacer frente a esto es importante trabajar en reducir estas emisiones.
Acciones especificas
Es importante hacer un análisis y una evaluación para conocer en qué cuestiones se puede mejorar en la actividad diaria empresarial para después establecer unas líneas de acción y metas concretas que den resultados.
– Eficiencia energética: Es una de las áreas fundamentales a abordar para reducir la huella de carbono de una empresa. Colocar bombillas LED; conseguir un óptimo aislamiento; y utilizar los aparatos eléctricos, como el aire acondicionado, de una manera eficiente son algunos ejemplos que ayudarán a bajar el consumo de energía. Esto también se debe hacer de manera individual en el hogar para contribuir en este cometido.
– Minimizar los residuos: La generación de residuos produce gases de efecto invernadero. Por eso, no desechar materiales antes de tiempo y el reciclaje se antojan primordiales para nuestra salud y la del planeta, además de mejorar la economía de la empresa para no comprar productos de más. Es importante aprovechar todos los recursos de forma eficiente y responsable.
– Energía renovable: Es la mejor alternativa para reducir la huella de carbono de una empresa, además de que sirve para el ahorro económico. La instalación de placas fotovoltaicas es el ejemplo más popular y al que se están incorporando muchas entidades.
– Formación y sensibilización: Es importante generar una cultura de la sostenibilidad entre los empleados. Así se genera un espacio participativo y colaborativo para reducir la huella de carbono entre todos. Además, esto tiene un implicación directa de las personas de manera individual en su día a día más allá de su jornada laboral.
Asimismo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13 (Acción por el clima) explica que las empresas pueden ser parte de la solución “si se comprometen a eliminar las emisiones de carbono de sus operaciones y cadenas de suministro”.
En definitiva, reducir la huella de carbono, también llamada huella ecológica, es fundamental para la mejorar la salud del planeta. Es responsabilidad nuestra dejar el mejor espacio posible a las futuras generaciones. Todos podemos contribuir para hacer de este mundo un lugar mejor.
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