La Unión Europea ha sacado adelante, tras meses de debate, el Reglamento relativo a la restauración de la naturaleza y por el que se modifica el Reglamento (UE) 2022/869. Se trata de la primera normativa sobre esta materia que se aprueba a nivel europeo. El Reglamento está enfocado, principalmente, a contribuir en 4 objetivos:

– La recuperación a largo plazo y sostenida de unos ecosistemas ricos en biodiversidad y resilientes en todas las zonas terrestres y marinas de los Estados miembros mediante la restauración de los ecosistemas degradados.
– La consecución de los objetivos generales de la Unión en materia de mitigación del cambio climático, la adaptación a este y la neutralidad en la degradación de las tierras.
– La mejora de la seguridad alimentaria.
– El cumplimiento de los compromisos internacionales de la Unión.
La restauración de los ecosistemas, contribuye, según afirma la UE a “la consecución de los objetivos relativos a la mitigación del cambio climático y la adaptación a este”. A través de diferentes medidas, se han marcado objetivos de restauración en cuanto a superficie. Por ejemplo, antes de 2030 se tiene que restaurar el 20% de las zonas terrestres y marítimas; y antes de 2050, todos los ecosistemas que necesiten restauración.
Claves
Una de las medidas aprobadas en el Reglamento es que antes de 2030 se plantarán, al menos, 3.000 millones de árboles adicionales en la Unión Europea. Por otro lado, para la misma fechas, los Estados miembros tendrán que eliminar barreras artificiales que separan aguas superficiales ya que hay un objetivo de convertir, al menos, 25.000 kilómetros de ríos en ríos de caudal libre.
Asimismo, los Estados miembros tienen que garantizar que no haya una pérdida de superficie de espacio verde urbano; y, a partir de 2031, la tendencia de espacio verde deberá ser creciente.
ODS
El Reglamento va en línea con diferentes metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. De este modo, se trabaja para garantizar la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y los servicios que proporcionan, como los bosques, humedales, montañas y zonas áridas.
En definitiva, la normativa busca recuperar la biodiversidad, por lo que alcanzar los objetivos que se marcan de aquí a 2030 redundará positivamente en las personas, en la economía, en el clima y, en nuestro planeta. Para ello es fundamental el cumplimiento de los objetivos gracias al trabajo de todos los Estados miembros de la Unión Europea.
Deja una respuesta