Las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de las empresas se van a convertir en un eje prioritario y fundamental a partir de ahora. La Unión Europea, en este marco de incentivar la sostenibilidad empresarial, ha actualizado la directiva de informes sobre sostenibilidad corporativa, con el objetivo de equiparar este contenido con la información financiera. El interés por la lucha contra el Cambio Climático que existe en la actualidad ha llegado hasta tal punto que los propios inversores y clientes exigen a las empresas una transparencia de sus prácticas de ESG además de las económicas.

Ahora, la normativa hará que estos documentos respondan a criterios en línea con el Pacto Verde Europeo, la Agenda de Finanzas Sostenibles y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De manera concreta, las empresas tendrán que exponer de manera transparente su impacto medioambiental, social y de gobernanza. 2024 marcará el inicio de estas reglas, y a partir de ahí, España y los Estados Miembros de la UE tendrán 18 meses para aplicarlas. Las normas se aplicarán, al principio, a las grandes sociedades con más de 500 empleados y una facturación neta superior a 150 millones de euros. A continuación, la norma se extenderá a otro tipo de sociedades.
¿Por qué esta iniciativa de la UE?
Desde la Comisión Europea explican que la transformación hacia una Economía Sostenible es “una prioridad política clave de la UE” y añaden que “las empresas desempeñan un papel clave en la creación de una economía y una sociedad sostenibles y justas, pero necesitan apoyo en forma de un marco claro. La legislación a nivel de la UE sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad corporativa impulsará la transición verde y protegerá los derechos humanos en Europa y más allá”.
Ahora las empresas, dentro de su alcance, tienen que:
– Integrar esta diligencia en sus políticas
– Identificar impactos adversos reales o potenciales sobre los Derechos Humanos y el Medio Ambiente
– Prevenir o mitigar posibles impactos
– Poner fin o minimizar los impactos reales
– Establecer y mantener un procedimiento de quejas
– Supervisar la eficacia de la política y las medidas de diligencia
– Comunicar públicamente sobre la debida diligencia
Una actividad sostenible
Desde el despacho de abogados Gómez-Acebo y Pombo, dentro de la normativa que define actualmente la taxonomía en Europa, explican que una actividad será sostenible medioambientalmente cuando “contribuya de forma sustancial a alcanzar uno o varios de los objetivos medioambientales, no cause un perjuicio significativo al resto de los objetivos, se lleve a cabo cumpliendo las garantías sociales mínimas y respete los criterios técnicos de selección que determinen la contribución sustancial al logro de un objetivo y el no perjuicio significativo de los otros objetivos medioambientales”.
Los objetivos medioambientales son:
– Mitigación del Cambio Climático
– Adaptación al Cambio Climático
– Prevención y control de la contaminación
– Transición a una Economía Circular
– Sostenibilidad y protección de los recursos hídricos y marinos
– Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas
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