El proceso de gestión del residuo comienza en el momento en el que el aparato eléctrico y electrónico es desechado, y finaliza cuando se obtienen las materias primas que nos permitirán fabricar nuevos aparatos; es decir, su nueva introducción en el ciclo de vida del producto.
En este proceso de gestión del residuo los ciudadanos desempañamos una labor fundamental, ya que somos nosotros quienes damos comienzo a este proceso cuando nos deshacemos de ese ordenador que ya no funciona o de la batidora averiada que ya no tiene arreglo, que depositamos en un punto limpio o en un contenedor específico de una tienda de electrodomésticos para su posterior reciclaje.
Pero ¿Qué es exactamente un gestor de residuos?
Los gestores de residuos son los centros de gestión de residuos o plantas de reciclado donde se recepcionan los residuos separados, se verifica que la clasificación realizada es correcta, se descontaminan aquellos residuos que lo requieren y se finaliza con su reciclado y valorización. La financiación de estos procesos lo asumen los productores, a través de cualquiera de los sistemas de gestión que marca la normativa, entre los que se encuentra la Fundación Ecolec, en el caso de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
Todos los residuos eléctricos y electrónicos recogidos por los distribuidores desde los distintos puntos (centros comerciales, puntos de venta, establecimientos #GreenShop, plataformas logísticas y puntos limpios), son clasificados y seleccionados para optimizar su reciclaje. Desde ahí se llevan a los centros de almacenamiento temporal para su posterior tratamiento en plantas de reciclado y valorización.
En el caso de los RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), la normativa busca reducir la eliminación de estos residuos en vertederos ya que pueden ser una importante fuente de recursos a los que se les puede dar una “segunda vida”. Además, la basura electrónica habitualmente contiene sustancias peligrosas, como el mercurio, plomo o el fosforo, y gases que agotan la capa de ozono o que afectan al calentamiento global como los clorofluorocarbonos (CFC), hidroclorofluorocarbonos (HCFC), hidrofluorocarbonos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoniaco (NH3), que si bien son necesarias para garantizar su funcionalidad, pueden emitirse al medio ambiente o ser perjudiciales para la salud humana si, una vez que se convierten en residuos, los aparatos no se gestionan y se tratan adecuadamente.
¿Cuáles son las fases del proceso de reciclaje?
Los gestores de residuos son los encargados de activar el proceso de reciclaje que permitirá aprovechar los materiales, mejorar la protección ambiental y fomentar una posible reutilización.
Este proceso se divide en 7 fases que explicamos a continuación poniendo como ejemplo el caso de los RAEE:
- Transporte y recogida.
- Recepción del Material. Los electrodomésticos para el tratamiento se reciben en las instalaciones siguiendo el procedimiento habitual de cada planta y manteniendo el cumplimiento con la legislación en vigor (Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados).
- Almacenaje. Se realiza en las instalaciones de forma adecuada, para ello se debe contar con pavimento impermeable y zonas cubiertas, dotadas de sistemas de recogida de derrames.
- Pesado. Antes de comenzar el tratamiento, los RAEE deberán ser pesados, para poder así hacer un control de las cantidades tratadas en cada instalación.
- Tratamiento previo. El objetivo de los tratamientos previos será incrementar el porcentaje de recuperación de materiales de la instalación. En el tratamiento previo es importante separar aquellos materiales que posteriormente no vayan a ser recuperados, y que se puedan encontrar en cantidades suficientes como para hacer esta operación eficiente.
- Tratamiento. El tratamiento que reciban los aparatos será el adecuado para la obtención de diferentes fracciones de materiales que puedan ser recuperados. En este apartado se contemplan operaciones como el cizallado o la fragmentación de los aparatos.
- Tratamiento posterior. Después de la separación en diferentes fracciones de los materiales contenidos en los aparatos desechados, algunas fracciones pueden ser recuperadas directamente, por ejemplo, en fundiciones o plantas de reciclado de plásticos. Sin embargo, algunos materiales no han sido todavía separados de forma que su recuperación sea posible. Para estos, se deben hacer tratamientos posteriores de recuperación.
Gracias a este proceso desarrollado por los gestores autorizados, se favorece el ahorro de energía en la fabricación de nuevos aparatos eléctricos y, al mismo tiempo, se genera empleo en las diferentes fases que conforman el proceso de reciclado.
Los materiales valorizables que contienen los aparatos eléctricos y electrónicos suponen un recurso que no debe ni puede perderse, y que tienen que recuperarse en la última etapa de la vida, cuando se transforme en residuo, a través del reciclado, de manera que esos recursos puedan ser conservados para futuras generaciones, siendo un claro ejemplo de aplicación de la economía circular.
Fuentes de referencia:
Fundación Ecolec
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