La capa de ozono es el escudo que protege a la tierra de las radiaciones ultravioletas más nocivas procedentes del sol. Se sitúa entre los 15 y los 50 kilómetros de altitud, en la estratosfera. Es básica para la vida tal y como la concebimos. Además, la capa de ozono tiene un importante papel en la lucha contra el calentamiento del planeta.

Un estudio científico publicado recientemente en la revista Nature ha concluido que las medidas tomadas para corregir la pérdida de densidad o el llamado agujero en la capa de ozono han ralentizado el calentamiento global del planeta. Sin ellas se habrían emitido más gases de efecto invernadero y se habría perdido masa arbórea para absorber el CO2.
Esas medidas se incluyeron en el Protocolo de Montreal, del año 1984, y han logrado que la capa se recupere, aunque no lo hará del todo hasta mediados de siglo. Con aquel acuerdo, casi un centenar de países se comprometieron a eliminar los gases CFC (clorofluoratos), hechos por el hombre y que se utilizaban en refrigerantes y aerosoles de uso industrial y doméstico.
Llegaron a estar en todos los hogares. Hasta que los científicos advirtieron de sus consecuencias para la capa de ozono. Pese a las reticencias iniciales de la industria que los producía, se desarrollaron pronto otras alternativas.
Menos gases de efecto invernadero y más absorción de CO2
Los CFC son también gases de efecto invernadero, es decir, que sumaban en el calentamiento global. Según el artículo titulado ‘The Montreal Protocol protects the terrestrial carbon sink’, de no haberse retirado, la temperatura del planeta podría haber aumentado todavía más. En concreto, en 1,7 grados centígrados adicionales para finales del siglo XXI, según se estima.
Por otro lado, la destrucción de vegetación como consecuencia del adelgazamiento de la capa de ozono y la mayor radiación ultravioleta procedente del sol hubiera reducido la capacidad de la tierra de absorber CO2. Ese exceso de Dióxido de Carbono implicaría otros 0,8 grados de incremento de temperatura para el año 2.100. Al margen de ello, hubiera ocasionado un problema agroalimentario a nivel mundial.
Un ejemplo de consenso para resolver un problema ambiental
Así, al hablar de la capa de ozono y de cómo influye en el calentamiento del planeta hay dos enfoques. Uno es esa función de escudo protector de la vida y de la masa arbórea de la tierra que funciona como purificador de los gases de efecto invernadero.
Pero también tiene un elevado valor simbólico y mucha importancia desde el punto de vista del compromiso de las naciones por la conservación del planeta. Ha demostrado que el consenso científico y la adopción de medidas de forma global pueden minimizar el impacto ambiental de nuestras acciones y llevarnos a un desarrollo más respetuoso y sostenible.
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