Los ciudadanos utilizamos cada vez más Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE), sin embargo, lo que muchos usuarios desconocen es que éstos pueden tener una segunda vida si se garantiza su correcto reciclaje. Por este motivo, los RAEE deben cumplir unos criterios para su reutilización. Te explicamos en este post en qué consisten estas medidas.
Comprobación visual
En primer lugar, una comprobación visual de los RAEE que servirá para una primera clasificación. Aquellos aparatos que se encuentren en alguno de estos estados serán considerados “RAEE no reutilizables” y se enviarán a una planta de tratamiento de RAEE:
- Aparatos en mal estado.
- Carcasas incompletas.
- Ausencia de partes esenciales del aparato.
- Aparatos muy oxidados y con daños superficiales.
Funcionamiento eléctrico de los aparatos eléctricos
Debe comprobarse el funcionamiento de los aparatos eléctricos. Cuando los aparatos no superen las comprobaciones eléctricas de seguridad, se valorará su reparación y envío a una planta de tratamiento de RAEE.
Consumo energético
Los RAEE que posean una etiqueta energética B o superior (frigoríficos, lavavajillas, lavadoras…) o una etiqueta C o superior (aparatos de aire acondicionado y secadoras) podrán ser reutilizados. En este caso, los RAEE irán acompañados de la etiqueta energética correspondiente.
Pantallas de tubos de rayos catódicos
Aunque cada vez hay menos, las pantallas de televisión antiguas (pantallas de tubos de rayas catódicos) no se reutilizan desde el 1 de enero de 2016 debido a la alta presencia de contaminantes que contienen.
Cabe destacar que, según el Real Decreto 110/2015, todos los RAEE deben ser sometidos a un tratamiento específico de manera previa a cualquier tipo de procedimiento destinado a su reciclado o valorización. Un tratamiento que consistirá, como mínimo, en la retirada de todos los fluidos incluidos aceites, lubricantes y el tratamiento selectivo de materiales y componentes.
¿Por qué es importante la reutilización?
Cuando la vida de nuestros aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) llega a su fin, deben ser gestionados de manera correcta para que sigan proporcionando beneficios a la vida y al medio ambiente, suprimiendo así los efectos negativos que puede conllevar una mala gestión. Un correcto tratamiento de los RAEE evita dichos efectos nocivos. Así pues conseguiremos dar a nuestros AEE una nueva vida y contribuiremos en la preservación de los mismos, evitando el daño medioambiental que se produce en la extracción de estos materiales necesarios además de un importante ahorro de energía.
¡Ahora no hay excusas para hacer un reciclaje responsable!
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