Las plantas de reciclado son los centros de gestión de los residuos donde se hace una recogida separada, se transportan los materiales y se hace un seguimiento de los mismos. Así mismo, en estos centros se lleva a cabo el tratamiento posterior de los residuos. La financiación de estos es asumida por los productores, a través de cualquiera de los sistemas de gestión que marca la normativa, entre los que se encuentra Ecolec.
Todos los residuos recogidos por los distribuidores desde los distintos puntos (centros comerciales, puntos de venta, y plataformas logísticas y puntos limpios), son clasificados y seleccionados para optimizar su reciclaje. Desde ahí se llevan a los centros de almacenamiento temporal para su posterior tratamiento en plantas de reciclado y valorización. Es la Administración la que se encarga de llevar a cabo las inspecciones de la adecuación de las instalaciones de gestión de residuos.
La normativa vigente busca reducir la eliminación de RAEE en vertederos ya que estos residuos pueden ser una importante fuente de recursos, que pueden tener una “segunda vida”, y así evitar que al no ser depositados en vertederos produzcan emisiones perjudiciales para la atmósfera y contaminen suelos y acuíferos.
El proceso de gestión del residuo comienza en el momento en el que el aparato eléctrico y electrónico es desechado, recogido y transportado para su almacenaje y posterior tratamiento, y finaliza una vez obtenidas las materias primas a partir de las cuales se podrán fabricar nuevos AEE, u otros productos para su puesta en el mercado, es decir, su nueva introducción en el ciclo de vida del producto.
A través del reciclaje favorecemos el ahorro de energía en la fabricación de estos productos y al mismo tiempo, generamos empleo en las diferentes fases que conforman el proceso de reciclado. El medio ambiente, también saldrá beneficiado ya que se disminuye la contaminación de los procesos de fabricación, puesto que los procesos de reciclaje son mucho menos agresivos y nocivos para la flora y fauna.
El proceso de reciclaje
Una vez que hemos depositado estos dispositivos en su lugar correspondiente, comienza la gestión de los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos con el objetivo principal de descontaminar sus componentes peligrosos, mejorar la protección ambiental e introducir en el ciclo productivo los diferentes materiales contenidos en los aparatos desechados.
Las fases del proceso de reciclaje son las siguientes:
- Clasificación. Se identifican, separan y almacenan, en función de su grado de peligrosidad y del tratamiento de descontaminación que vayan a recibir. La recogida puede suponer una primera clasificación de los RAEE.
- Transporte y almacenamiento. Las operaciones de recogida, transporte, almacenamiento y posterior reexpedición se ha de llevar a cabo a través de empresas autorizadas para realizadas las citadas labores en el ámbito de los residuos. Dichas operaciones se realizarán de tal manera que faciliten las posteriores operaciones de preparación para la reutilización, desmontaje y descontaminación.
- Desmontaje y extracción de elementos o sustancias peligrosas. Se desmantelan aparatos y se identifican y extraen los componentes peligrosos de manera selectiva. Se aíslan, manipulan y almacenan correctamente todos los materiales, con especial atención a los peligrosos o componentes que contengan sustancias peligrosas.
- Gestión diferenciada. Se tratan de manera específica los componentes peligrosos retirados y se aplican métodos de gestión específicos para la reutilización o valorización, teniendo en cuenta la naturaleza de sus componentes.
Por todo ello, los gestores de RAEE deben:
- Conocer los equipos y sus componentes, especialmente los que contengan sustancias peligrosas. Para ellos suelen solicitar la información necesaria a los productores.
- Conocer los efectos nocivos para las personas y el medio ambiente, que pueden derivarse de una mala gestión.
- Aplicar estos conocimientos para una correcta manipulación y tratamiento.
- Tener previstos planes de emergencia.